Me doy cuenta que ahora puedo compartirlo tan fácil y convencida y me pregunto: ¿por qué ahora sí lo sé con certeza?...
Me respondo con tranquilidad: por la madurez, por los 39 años de experiencia en materia de calidad junto al contacto con cientos de personas que me han acompañado en este camino de mirar al sector farmacéutico en profundidad.
Cada capacitación o adiestramiento era para mi equipo y para mi un descubrir de posibilidades con el único objetivo de entregar contenido, que hiciera crecer al participante y desde ahí a la organización. Siempre sentí que había más, mucho más...
Eventualmente recordaba con cariño aquellos momentos del año 1983 donde dicté mi primer adiestramiento, con motivo de una evaluación de desempeño para incremento salarial en una empresa americana, donde me inicié profesionalmente.
En ese momento, mas desde la intuición y creatividad, creé un taller de Buenas Prácticas de Manufactura (BPM); ahí diseñé juegos de mesa para un abordaje didáctico tipo Monopolio y Sopa de Letras.
Con el primero los participantes respondieron preguntas relacionadas al tema, cuyas reflexiones permitían avanzar con seguridad sobre el colorido e improvisado tablero que se ajustó solito y de forma perfecta a cada participante.
Con el segundo juego, ágilmente las personas podían remarcar sus respuestas a las preguntas que con curiosidad y motivación técnica había diseñado. Hoy me doy cuenta que mi intuición ya me decía: "por allí va la cosa". Juegos y diversión para motivar el aprendizaje en el adulto: ¡andragogía!... ¡andragogía!
¿Como llegué a esto? El orden divino, el destino, las circunstancias, mis habilidades, la verdad no lo sé; mi intuición me fue llevando a otros caminos, pero nunca alejada completamente de la capacitación y el adiestramiento en BPM.
Y pensaba: ¿algún día me dedicaré a esta tarea que sentía me apasionaba e inquietaba a querer entregar más? ¡Y aquí estoy!
Creo en ese aprendizaje que se logra a través del contacto humano dinámico y divertido que estimula la conciencia y la reflexión.